ES UN TRASTORNO NEUROBIOLÓGICO
ASOCIADO AL CROMOSOMA 15
NO TIENE ORIGEN PSICOLÓGICO
Por: Carola Pozo Cortez
Existen dos tipos fundamentales de dislexia:
- La del desarrollo
Es la más común
Es aquella que se presenta luego de enfermedades tales como los accidentes cerebro vasculares, o un fuerte golpe en la cabeza.
Es un trastorno neurobiológico asociado al cromosoma 15, no tiene origen psicológico y si el problema no es enfrentado como corresponde, puede tener gravísimas consecuencias como depresión, incluso suicidios.
Como no se trata de una enfermedad, no tiene cura.
El trastorno acompaña a la persona por el resto de su vida, que deberá ir desarrollando diferentes formas de compensación para paliar la situación.
Históricamente, la falta de diagnóstico de la dislexia ha llevado a numerosos chicos a reformatorios.
¿Hay alguien que le pueda entender?
Muchos niños acompañan a su problema con síntomas físicos como fuertes dolores de cabeza o de panza.
Enfermarse y sentirse mal es lo primero que le pasa a un niño cuando se angustia porque no puede con algo en la escuela. Como no lo puede manifestar o explicar, lo hace con el cuerpo.
La problemática fundamental radica en que los chicos disléxicos que tienen un coeficiente intelectual normal o superior a la media, nunca van a poder lucir sus habilidades a través de un examen escrito tradicional.
Los disléxicos tienen desarrollado el lado derecho del cerebro - que es mas intuitivo y creativo - del pensamiento global, pero en las escuelas, se los suele evaluar por su capacidad en el izquierdo, que es el mas secuencial y calculador.
A pesar de ser un trastorno tan común hoy en día existen dificultades para que a estos niños se los evalúe de una forma distinta para que ellos puedan demostrar que son tan inteligentes como cualquier otro compañero de su clase y demostrar también que sí aprenden.
Un chico disléxico que no es diagnosticado paga con la reducción de su autoestima a los niveles mas bajos. Puede ocurrir con frecuencia que el chico sea caratulado como vago o distraído, presionándolo para que trabaje, atienda y de alguna manera menospreciándolo por su incapacidad para aprender.
Si se presiona y exige con empeño al chico, seguramente va a terminar leyendo pero lo va a hacer a un costo muy alto, terminando sumamente estresado y difícilmente comprenda lo que leyó ya que él necesita el doble o el triple de tiempo que emplea un chico normal.
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